La aceptación de uno mismo, es el verdadero trabajo interno que todos deberíamos hacer desde el amor y la sinceridad. Con esto generaríamos el cambio que tanto queremos.
Seamos honestas con nosotras mismas, alguna vez te has preguntado ¿por qué juzgamos y no aceptamos a mujeres y hombres que son diferentes a uno? o ¿por qué criticamos a aquellas que tienen mayores cualidades o destrezas? La razón es porque las vemos a través de nuestro sistema de creencias, carencias y heridas emocionales.
Para aprender a ver realmente lo esencial, el interior de cada ser humano, debemos comenzar por el amor propio, amarnos de tal manera que podamos ver con ojos sinceros a los demás… Con esto me refiero a la verdadera aceptación, a conocernos a profundidad y amar cada parte de nuestro ser tanto en la luz como en la sombra.
Hace tiempo en un trabajo donde estuve antes de emprender con la marca, les platicaba a mis compañeras que cada persona es única e irrepetible en el planeta y recuerdo que se burlaron (jajaja) y aunque suene a cliché, ¡es real! Cada uno de nosotros llevamos un camino recorrido diferente y en vez de estarlo comparando con el de los demás, es mejor abrazarlo, es decir, aceptar cada paso, cada cambio, cada decisión (recuerda que somos el resultado de nuestras decisiones y creencias). Aceptar que cada persona es única y que está llena de aciertos y desaciertos, de metas cumplidas, de frustraciones, sueños por cumplir, etc. Pero ojo, no siempre podremos entender a alguien, pero si vemos su reflejo en nosotros mismos mediante el amor propio, podremos entender la vida de cada persona.
Gracias a la maternidad me he sumergido a este mágico camino del amor propio, donde acepto que tengo errores, defectos y muchas cosas por mejorar que me han ayudado a ser más tolerante, empática y por supuesto al auto descubrimiento, dejar lo que no me sirve y hacerlo de manera diferente, dejando de lado al “ego” y… ¡créeme que es un trabajo interno de cada día! y nunca es tarde para comenzar.
Como mujeres y madres, debemos construir puentes entre nosotras y no muros. Impulsarnos y apoyarnos entre nosotras para tener un mundo más equitativo en el que hombres y mujeres en equipo, tengamos las mismas oportunidades. Y darnos cuenta de que todo empieza en la crianza, en casa, en la familia, nuestros hijos son nuestra semilla.
Hoy te invito a que seas una fuente de inspiración tanto para mujeres y hombres, para ser gestoras del cambio que tanto anhelamos desde el amor y aceptación.
El amor propio siempre será la clave para poder generar el cambio. Al amarnos y valorarnos desde la honestidad, nos da la capacidad de amar a otras personas y enfocarnos en la belleza de cada una. Al cuidar nuestra salud mental creamos hábitos y visiones positivas para enfrentar la vida. De esta manera, desde la paz interna podemos estar en sintonía con los demás y con el universo.
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¡Hasta la próxima!